"...el gobierno sabe dónde puede y debe recortar los gastos para compensar el déficit ocasionado por la caída de los ingresos fiscales..."
La medida de bajar los sueldos de los altos funcionarios,
anunciada el viernes por el presidente Nicolás Maduro, es un pañito caliente
que no resolverá la difícil y compleja situación económica que tendrá Venezuela
en 2015, afirmaron los economistas Pedro Palma y Asdrúbal Oliveros.
“Hay que ir a una racionalidad del gasto frente a un
desequilibrio fiscal muy grande, por lo que es insuficiente fijar sueldos
menores para los altos funcionarios públicos”, dijo Palma, que también es
profesor del Instituto de Altos Estudios de Administración. Agregó que el
gobierno sabe dónde puede y debe recortar los gastos para compensar el déficit
ocasionado por la caída de los ingresos fiscales como consecuencia de la baja
de los precios del petróleo.
Insistió en que es necesario reducir el gasto interno,
fundamentalmente el de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en armamentos,
además de revisar los precios por el subsidio de la gasolina y los costos de
los servicios públicos, lo cual incidirá en la población.
En el ámbito internacional, Palma destacó que el Ejecutivo
debe recortar el suministro de petróleo y otras ayudas económicas a países como
Cuba, del cual Pdvsa reporta pagos sumamente importantes por la Misión Barrio
Adentro.
Oliveros, director de la firma Econométrica, señaló que en
2015 habrá problemas con los ingresos por exportaciones petroleras que pueden
caer entre 10 millardos y 23 millardos de dólares si la cotización promedio de
la cesta venezolana de hidrocarburos se sitúa entre 60 y 55 dólares el
barril. “La situación genera alarmas y el anuncio del presidente Maduro de
bajar los sueldos es una cosquilla”, dijo.
Destacó que hay un fuerte desequilibrio en la economía
venezolana, pues el Estado cerró 2013 y 2014 con déficits en el sector público
de 16 puntos y cerca de 20 puntos del producto interno bruto, respectivamente.
“Lo deseable es que el gobierno aplique un plan racional que ataque el problema
fiscal y reduzca el déficit”, sugirió.
El plan también implica el rediseño de la
política cambiaria para disminuir el enorme diferencial entre la tasa de cambio
oficial y el paralelo, y el desmontaje y revisión de los precios. Oliveros
afirmó que las misiones “no evitarán el duro impacto de la difícil
situación económica sobre la población, especialmente los más pobres”, debido a
la inflación, la pérdida del poder adquisitivo, la caída de la producción
nacional y la escasez por la falta de divisas.
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