Reporte al 27-06-2019: Laberinto
San Cristóbal, 27 de junio de 2019
Autoridades
UNET:
Profesor
Raúl Casanova Ostos.- Rector
Profesor
Alexander Contreras.- Vicerrector Académico
Profesor
Martin Paz Pellicani.- Vicerrector Administrativo
Profesora
Elcy Nuñez.- Secretaria
Mis respetos y consideración.
En concordancia a la resolución del
Consejo Académico de la UNET N° 015/2018 y la comunicación del Rectorado
UNET R./1.1.01/112, es mi deber
compartir con ustedes honorables Autoridades, un par de artículos del producto
académico que hemos estado desarrollando, el cual guarda estrecha relación con
la “emergencia política compleja” y sus implicaciones negativas sobre el país. Igualmente
todo apegado al articulado que se hace mención a continuación: 18 y 19 de la
Declaración de los Derechos Humanos, 57 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, 1 y 2 de la Ley de Universidades, 1 del Reglamento de
la UNET y 2 de los Estatutos de la APUNET.
Laberinto
“Cada vez que atravieso la trocha o paso
por el puente me arriesgo a cualquier cosa. Siento taquicardia, se agita la respiración y me sube la tensión,
pero consigo retirar el dinero que me envían
para poder comprar comida y medicinas, ya que el sueldo que recibo por
mi trabajo no alcanza para nada... No miro para los lados y solo me encomiendo
a Dios, aunque si debo decir que cuando regreso a mi casa me desplomo en lo
físico y emocional…” (María García en su travesía de cruzar la frontera
colombo-venezolana. Fecha: marzo de 2019)
El neurocientífico Paul Maclean (1913-2007) en su teoría
del cerebro triuno: “Es como si en nuestra cabeza convivieran un cocodrilo,
un caballo y un ser humano, y que las decisiones las tomaran entre los tres
(aunque no siempre de común acuerdo)”.
En efecto, en un plano de antropología
cultural y neurociencia, nuestro cerebro está conformado por el reptiliano, el
límbico y el neocórtex. Destacándose que al nivel reptil o primitivo (más de
500.000.000 años de antigüedad) no se razona ni el componente emocional del
individuo funciona equilibradamente, sino lo que predomina es el instinto de
supervivencia o de conservar la especie: no hay pensamiento lógico que maneje
el comportamiento, simplemente se reacciona para enfrentar y superar toda situación
adversa a la existencia. Además de controlar la vida instintiva, este sistema
cerebral cumple funciones básicas como
la presión sanguínea, la respiración, la temperatura corporal, etc., por lo que
no es difícil deducir que sean alterados
con ese ritmo de vida, y por ende afectado el estatus de salud integral de la
persona, acentuada la dualidad en detrimento de la unidad humana y arriesgada la
posibilidad real de ascenso hacia un
nivel superior de conciencia.
En la misma línea de análisis, el psiquiatra
e investigador en el ámbito de la conciencia, David Hawkins (1927-2012), en su
producto académico “Trascender
los niveles de conciencia: La escalera a la iluminación”, destaca desde su dedicatoria
que es fundamental “la liberación del espíritu humano de la servidumbre a la
adversidad y la limitación que acosa a la humanidad desde adentro y desde
afuera”.
Por ello en el mapa de los niveles de
conciencia de Hawkins, el cual abarca mil estratos desde el estado de la
desesperación, la culpa y el oído vengativo, etc., hasta la cúspide donde se
alcanza el verdadero amor, la alegría, la paz y la iluminación, es decir la
ansiada unidad en su plena concepción: Dios; es de trascendental importancia la
implementación de un “plan espiritual de compasión y misericordia” sustentando
en la “transustanciación”
(explicado didácticamente por el carismático sacerdote Giancarlo García de la Catedral
Basílica Menor de la Inmaculada Concepción de Mérida el 24-06-2019). Esto
a favor de conciliar en armonía la brecha
existente en la dualidad universal: sintetizada en la noción del yin y el yang y el regreso al tao y en la novela “El doctor Jekyll y
el señor Hyde” (1886).
Cuatro ideas conclusivas respecto a lo formulado:
1) El proceso de sanación y crecimiento progresivo hacia el
restablecimiento del equilibrio cerebral, y el ascenso por los niveles de
conciencia, es análogo al recorrido por un laberinto o dédalo; esto tal como el
que pudiera ser ilustrado con el localizado en la “Catedral de Chartres” (Francia, 1920):
símbolo místico de totalidad, transformación y unidad sagrada.
2) La genuina felicidad que no depende de la riqueza material, es el paradigma
emergente que resalta con firmeza inequívoca. Sin embargo, es menester que a
las personas se les garantice sin ningún tipo de condicionamiento o excusa
política, el goce pleno de
sus derechos humanos fundamentales, y por consiguiente que puedan disponer de
una estructura
salarial indexada (actualizada al 25-06-2019) que
esté sostenido por un salario mínimo vital: como lo establece el artículo 91 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
3) El advenimiento inminente de un nuevo orden mundial, perfilado por
un poder hegemónico compartido por la multidivesidad de
divisas de reserva y uso mundial, exige
el dialogo sincero y el consenso certero por parte de las naciones vanguardistas
en este ámbito; lo que supone en el marco de la “piedra filosofal”, estar verdaderamente
identificados con los valores de transmutación de la humanidad (“alquimia
espiritual”), marginando entonces toda conducta mezquina de fomentar la “guerra
fría” en cualquiera de sus modalidades (convencional y no-convencional), donde poblaciones enteras (como la venezolana)
salen perjudicadas (en los aspectos aquí tratados también) por los excesos en
el uso del poder mal concebido: con efecto multiplicador negativo sobre todos
los países vecinos de la región.
4) El fetiche de la “dolarización
burbuja”, producto del triángulo perverso bolívar-peso-dólar, aunado a la
entronización de los falsos ídolos y mesías inescrupulosos, se aprovechan de
los comportamientos reptileanos y bajos niveles de conciencia, para de forma desleal
justificar su accionar inmoral, el cual está basado en el quebrantamiento sistemático de la plataforma constitucional,
el derecho internacional e invocación a
mayor “oscuridad”.
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años:
2018-2019.
Pedro
Morales.
Economista
ULA (1989)
Docente
Universitario ULA-Mérida (1991-1996)-UNET (desde 1997)
Profesor
Titular
c.c.
Consejo Universitario; Colegas Docentes;
Comunidad Universitaria; Sociedad.
Anexo:
Estructura
Salarial Indexada. Actualizada al 25-06-2019.
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