La primera crisis del petróleo
23 Ene 2016 - 9:23 PM
El mundo tiene una sobredosis de malas noticias económicas y el principal responsable es la caída de los precios del petróleo. Ya fuera por la velocidad de cómo esta industria multimillonaria pasó del cielo al infierno al ver cómo sus ganancias se reducían en más de 70% en tan sólo 18 meses, o por la resaca generalizada de los países de América Latina por no aprovechar más de diez años de boom de materias primas, pero la percepción del actual período bajista del crudo ha llegado a tal punto que muchos la consideran la peor crisis de la historia del petróleo.
Sin embargo, todavía queda mucho caos por desencadenarse para justificar que este ha sido el peor golpe que ha recibido la economía mundial tras un cambio en la cotización del crudo. Ese título por el momento lo tiene el declive que se vivió en la década de 1970, que, de hecho, se conoce como “la primera crisis del petróleo”, un acontecimiento cuyos efectos persisten en la actualidad.
La primera crisis del petróleo se puede rastrear al 6 de octubre de 1973, durante la celebración del Día de la Expiación, la fiesta más importante de la tradición judía. Mientras se realizaban los festejos, las fuerzas conjuntas de Egipto y Siria, con el fin de recuperar el territorio perdido en 1967, atacaron por sorpresa a Israel, lo que llevó a nombrar este conflicto como la Guerra de Yom Kippur.
Los combates duraron sólo 21 días, pero tuvieron implicaciones globales, pues también es considerado como un conflicto dentro de la Guerra Fría. Esto se debe a que durante la segunda semana de enfrentamientos Estados Unidos, con la ayuda de Holanda y Portugal, empezó a apoyar a Israel con el envío de varios cargamentos de armas. La Unión Soviética contraatacó haciendo lo mismo, pero con las fuerzas de Egipto y Siria.
Si bien Israel fue el vencedor, el resultado de la guerra dejaría a Estados Unidos como uno de los más afectados. “Como represalia, y como un acto de solidaridad con Egipto y Siria, el bloque árabe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) realizó un embargo petrolero a las naciones de Occidente que apoyaron a Israel”, explica Marcos Peckel, profesor de la Universidad Externado.
Fue una medida altamente nociva para la economía global, pues hace 40 años el mundo era muy dependiente del petróleo de Oriente Medio, por lo que una vez empezó el embargo los precios internacionales del crudo subieron abruptamente. El departamento de historia de la Reserva Federal de Estados Unidos explica que, justo antes de que se cerrara el grifo para Occidente, el barril de petróleo costaba US$2,90, y en marzo de 1974 la tarifa había subido a $11,90. Lo que representó un incremento de más de 300% en sólo seis meses.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la crisis que vivía el mundo era tal que en el Reino Unido la fuerza laboral sólo podía trabajar tres días a la semana con el fin de ahorrar energía. Las tiendas de bicicletas de Europa no dieron abasto debido a la creciente demanda por la reducción del uso de los automóviles. En Estados Unidos el Gobierno limitó los días de circulación de los vehículos según el número de sus placas, el equivalente colombiano del Pico y Placa. Y las largas filas en las estaciones de gasolina fueron una imagen que se vio en varios países, entre ellos Colombia, según Peckel.
Asimismo, “en Estados Unidos se emitió una ley federal que prohibía que los conductores superaran las 55 millas por hora. Lo que empezó como una estrategia para ahorrar combustible resultó en una alta reducción en la accidentalidad. Un experimento que dio luz al límite de velocidad como ley de tránsito”, comenta Peckel.
Mientras el mundo occidental se sumía en una crisis energética, el bloque árabe de la OPEP se hacía cada vez más rico. Y dado a que el petróleo se pagaba en moneda estadounidense, se decía que la riqueza de las naciones de Oriente Medio estaba denominada en petrodólares. Gran parte de este botín se reinvirtió en las naciones emergentes que habían quedado en el fuego cruzado del embargo, pero también sirvió para el aumento del gasto militar. Y el fortalecimiento del músculo financiero ayudó para que en los 80 países como Arabia Saudita comenzaran a nacionalizar las empresas petroleras, como Aramco, ahora conocida como Saudi Aramco.
Aunque el embargo petrolero sólo duró seis meses, empezando el 16 de octubre de 1973 y terminando el 17 de marzo de 1974, la inflación fue el daño colateral que continuó con la crisis. Y con el fin de hacer frente al fenómeno inflacionista se desencadenó una epidemia de alzas de tasas de interés de los bancos centrales que encareció los créditos, provocó una reducción en el crecimiento económico y aumentó el desempleo en Occidente.
Precisamente el efecto conjunto del embargo del petróleo resultó en un período de bajo crecimiento económico, alta inflación y desempleo. Se trató de un fenómeno económico sin precedentes y para el cual se acuñó el término “estanflación”. Por ejemplo, entre 1972 y 1975 la tasa de desempleo de Estados Unidos subió de 5,6% a 8,5% y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) pasó de 3,4% a 12,3%.
Curiosamente, a media que la actual crisis del petróleo se desarrolla, algunos de los efectos de 1973 han venido desapareciendo. Una muestra de ello es que la prohibición de exportar petróleo, fijada por Estados Unidos hace 40 años para reducir la dependencia al crudo de Oriente Medio, fue eliminada hace un mes por el presidente Barack Obama. Además, a comienzos de este mes el príncipe de Arabia Saudita anunció que privatizará y democratizará a Saudi Aramco, la misma compañía que este país nacionalizó en los 80 gracias a la riqueza adquirida por el embargo petrolero. Y por último, el poder del bloque árabe de la OPEP es cada vez menor debido al creciente exceso de oferta de crudo, producto del fracking estadounidense.
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