"Masividad y Masificación" (Documento del año 2.009)
La Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) vive un proceso de crisis presupuestaria que se plasma concretamente en la aprobación apresurada del recorte presupuestario de la UNET a sabiendas que la inversión social (educación, salud, sueldos y salarios, pago de pensiones, etc.) es intocable en los criterios de reducción de presupuesto. Motivo este que contrasta con un grave conflicto ético entre masividad y masificación, que en la “praxis” universitaria confluyen en los siguientes problemas:
1) Sobreutilización de la Capacidad Instalada: en los últimos cinco años se ha venido agravando el desequilibrio entre las respectivas necesidades de una cantidad incrementada de estudiantes que supera en la actualidad a los 7.000 alumnos, como producto del crecimiento y diversificación de la oferta académica ubicada en los actuales momentos en veinte carreras universitarias; y por otro lado por la insuficiencia cuantitativa de los otros elementos institucionales involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje: aulas, laboratorios, docentes, comedor universitario, biblioteca, unidades de transporte, estacionamiento, etc.
2) Mínimo Nivel de Operatividad ó Cierre Técnico: es necesario que la sociedad en su conjunto este enterada que la UNET esta siendo financiada y subsidiada por su propia comunidad universitaria. Por ejemplo, de los 731 profesores aproximadamente que realizamos docencia directa, solamente 310 profesores estamos en la condición de ordinarios o fijos, el restante personal calificado que ejerce funciones de docencia además de permitir que la Universidad funcione y mantenga sus puertas abiertas, no poseen ningún tipo de estabilidad y seguridad social (interinos y docentes libres); una suerte similar les toca vivir al digno personal administrativo u obrero que se encuentra en situación de contratado. Por el lado de los estudiantes, el escenario no se limita únicamente a que se les garantice sus servicios básicos tales como becas, transporte, salud y comedor. La realidad es que su rendimiento académico y formación de excelencia se sacrifica o corre el riesgo de verse afectada por la reducida posibilidad de contar con un personal docente que este actualizado y perfectamente centrado en su labor de formadores de profesionales integrales, toda vez que a los mismos se les ha reducido de manera absoluta su derecho de perfeccionarse en las diferentes áreas del saber donde son competentes.
Por otro lado en el plano introspectivo debemos hacernos una rigurosa crítica:
La "UNET somos todos" no debe quedarse en una simple frase que podamos resumir en una sola palabra. Implica un compromiso serio y decidido de todos los que integramos la comunidad universitaria en afrontar las diversas problemáticas que en la actualidad vivimos bajo la premisa o consigna de los mosqueteros: "uno para todos y todos contra uno".
Lamentablemente nos caracterizamos por pensar que las situaciones adversas no nos van a tocar, y ante cualquier circunstancia que se proponga resolver de manera proactiva la actitud generalizada es desconocer o simplemente aseverar: " no vale…. eso no puede ser".
Gran parte de los problemas que nos aquejan de manera crítica se han podido prever con anticipación, sin embargo la estrategia se ha consustanciado de manera errada en este caso con la expresión "laissez faire, laissez passer", dejando pasar y hacer mientras que se agrava la situación en una actuación simulada de "avestruz": "agachar la cabeza ante el peligro".
Corolario:
La masificación es un fenómeno positivo y deseable, y debería ser un objetivo irrenunciable e innegociable de la universidad: incremento en términos absolutos de la matrícula estudiantil universitaria. La aspiración de la masificación no es más que un paso fundamental hacia la democratización de una universidad integrada, que no solo forme parte de la sociedad si no que todos sus actores se sientan parte comprometida de ella. La masificación en este sentido, es una necesidad imperiosa en un país con pretensiones de desarrollo con equidad y justicia social.
Al contrario la masividad es un fenómeno negativo, indeseable, pero que no es producto lineal de la masificación. Si el aumento en la matriculación se acompaña de un incremento desproporcional de los otros insumos institucionales (financiamiento, aulas, laboratorios, docentes, comedor universitario, bibliotecas, unidades de transporte, etc.), existen condiciones de riesgo que amenazan la calidad de la educación, sus niveles de excelencia, la calidad académica y la eficiencia institucional. Por tanto, implica en la praxis universitaria un desequilibrio entre las necesidades de una cantidad incrementada de estudiantes y la insuficiencia cuantitativa de los otros elementos institucionales involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
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