Convocan día sin IVA en plena pandemia en Colombia
Después de meses de
pandemia, es raro encontrar alguien sobre la superficie de este planeta que no
conozca al pie de la letra los consejos fundamentales para evitar el aumento de
los contagios. Uno: mantener la distancia social. Dos: evitar reuniones
masivas.
Y dije que es raro encontrar
gente que no conozca esas recomendaciones y no imposible porque parece que las autoridades colombianas no lo
tienen igual de claro.
Justo cuando la OMS alerta que la
pandemia entró en una fase de mayor crecimiento y el epicentro se desplazó hacia
América Latina, el Gobierno de Iván Duque organizó y promovió tres jornadas de
#DíaSinIVA, que muchos colombianos bautizaron jocosamente como 'Covid Friday' por
las aglomeraciones que se produjeron y el riesgo que suponen para la salud.
En la primera de ellas,
el pasado viernes, miles de personas se agolparon en grandes superficies para comprar bienes con un descuento de hasta
el 19 % en su precio habitual debido a la eliminación del Impuesto al Valor
Agregado decretada oficialmente durante esa jornada. En artículos como
televisores, computadoras, neveras, celulares y otros electrodomésticos y tecnología la diferencia puede ser sustancial:
en algunos casos, de casi la mitad de un salario mínimo.
La medida, destinada a
reimpulsar la economía según la ley que la hizo posible, aprobada por el
Congreso en 2019, no puede llegar en peor momento sanitario. Si bien los
números de Colombia no son tan preocupantes comparados con los de, por ejemplo,
sus vecinos Perú o Brasil, hay que tener en cuenta que justamente en los
últimos días, el país ha venido experimentando un aumento récord, superando a
diario los más de 3.000 contagios y el centenar de muertos.
A esto se suman las
dudas sobre el número real de infectados, puesto que el aumento en las pruebas recién
empezó en las semanas recientes y sigue siendo bajo respecto a otros países. Por
ejemplo, en las zonas más golpeadas, como Bogotá o los departamentos de
Atlántico o el Valle del Cauca, la cantidad de positivos sobre test realizados
es preocupantemente alta. En Atlántico, uno de cada cuatro testados da
positivo, lo que sugiere que el número real de contagiados es muchísimo mayor al detectado.
La ocupación de camas
de UCI en los tres principales focos es la mayor desde el inicio de la pandemia
y puede desbordarse de seguir la tendencia. Es decir, lejos de encontrarse en
meseta o descenso, todo indica que Colombia está cerca de alcanzar su pico. Y
aglomeraciones como las que propician este tipo de eventos en momentos así pueden
convertir fácilmente un Nevado del Tolima en un Aconcagua o un Everest.
En redes sociales, muchos
usuarios criticaron la jornada con altas dosis de humor negro. En los
comentarios, unos culpaban a las autoridades por haber aprobado el Día sin IVA en
estas circunstancias epidemiológicas. Otros respondían que la culpa era de los
compradores y no del Gobierno, porque nadie fue obligado a salir de 'shopping'.
Otros criticaban a partes iguales a Gobierno, por convocarlo; y a los
compradores, por asistir en masa.
Pocos, muy pocos, tanto
partidarios como detractores de Duque, se atreven a negar el enorme riesgo que
supone para la salud. Al contrario de lo 1ue pudiera pensarse, la definición de
estos días sin IVA no se concretó cuando se pasó la ley el año pasado, antes de
la pandemia, cuando no se podía adivinar lo que se avecinaba. Ni tampoco se
acordó de tal forma que resultara imposible corregir sobre la marcha, no. Las
fechas las definió y anunció el Gobierno hace un mes, en pleno brote. Y ya que
estamos en una temática de irresistibles ofertas especiales, ¡esperen, porque
aún hay más!
No contentos con acordar
un primer evento de estas características en plena pandemia y programarlo con un altísimo riesgo de que
coincidiera con el peor momento sanitario, las otras dos fechas también se
programaron cerquita de la primera. ¡Como lo oye! Para que, así, el elevado
riesgo se acerque lo más posible a certeza. ¡Increíble! ¡Llame ya!
Además del previsible
efecto sobre la salud de los colombianos, la medida también puede resultar doblemente
contraproducente para las finanzas colombianas. No solo por los casi 90
millones de dólares, aproximadamente, que dejarán de ingresar las arcas públicas
por estas jornadas, sino por el
inesperado gasto extra que tendrán que enfrentar las partidas de salud de
dispararse los contagios a consecuencia de las mismas. Es decir, recortar los
ingresos y aumentar los gastos. ¡Y todo
en una misma jugada! ¡Dos por el precio de uno! ¡No deje pasar esta
oportunidad! Porque, independientemente del efecto que estos días tengan en
reimpulsar la actividad económica, que benefician a medianos y grandes comerciantes,
sobre todo, su impacto fiscal y sanitario lo puede terminar pagando la
ciudadanía de a pie por partida doble.
Y lo más inquietante del tema no es
suponer que estas jornadas se definieran ignorando o minimizando el riesgo que
suponen para la salud de miles de colombianos. Lo verdaderamente inquietante es
suponer que se definieran a pesar de conocerlo perfectamente.
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