PADRENUESTRO
Ellas no merecen que
absolutamente nadie las humillen y menos
por dinero (o ambición política mezquina), porque la amistad, dignidad humana y sobre todo la luz
de estas personas no tienen valor
monetario. Sin embargo, como la dualidad se encuentra latente y vigente en
nuestras vidas, desde el inconsciente de
otros individuos se privilegia el enfoque pragmático al nivel de dogma, y
consideran como verdad irrefutable que para lograr la unidad como “ser”, lo fundamental
es “tener” (Fromm,
1976).
Premisa contraria a la establecida como
filosofía de vida de parte de la infinidad de héroes anónimos universales, que
basan su accionar vital en constante trasmutación, hacia el logro del “ser para ser” y seguir constantemente
la luz y energía eterna de Dios como ente supremo y divino omnipresente: ante todo en lo más interno
de nuestra integridad. Por tanto: ¿No sabéis que sois templo de Dios y
que el Espíritu de Dios habita en vosotros? (1 Corintios 3:16)
Lo que antecede no se
queda en palabras vacías sino en hechos verídicos de la rutina diaria. No es
discurso abstracto o idealista sino es una práctica real de vivir en Jesucristo como lo enseñó cuando
estuvo entre nosotros… y sigue estando con nosotros, aunque hasta los más que
se muestran como religiosos lo ignoran y se atreven incluso a juzgar y hasta
penalizar o castigar a otros... pero resulta que ellos mismos siguen estando en niveles bajos de conciencia donde
redunda la rabia, la venganza, la discordia, la ira, etc., y siempre por el fetiche que simboliza el
dinero y las ansias del poder ilimitado (sin reglas y controles).
La felicidad y paz en
nuestro “Señor Todopoderoso” no está en función de la riqueza mundana, pero sin
caer en el error de hacer creer que este tipo de personas son perfectas e
inmaculadas, ellas con esmero trabajan y/o estudian justa y honestamente en la
procura irrenunciable de cumplir incondicionalmente con una de las oraciones
más sublimes y sagradas que existen: “El
Padrenuestro”. Por ende, las cosas o lo material
pueden costar un poco más o menos en términos de alguna divisa “débil o
fuerte”, pero la amistad fraternal, pura y sincera no se compra ni se vende, porque
simplemente es un valor humano y espiritual totalmente intangible e
incuantificable… (Eagleman,
2017)
La amistad enfocada
dentro de esta taxonomía constituye la piedra angular de una cosmovisión
apuntalada en la economía espiritual, la cual representa un eslabón crucial para
el logro de un genuino y renovado paradigma de la actividad económica. Consiguientemente,
la información y los procesos comunicaciones arraigados sobre tal concepción,
constituyen un aliciente básico para que fluya una dinámica trascendental de cualquier
sociedad en la ruta hacia la verdadera felicidad que en definitiva no está
basada en la riqueza material.
Entonces
no es de extrañar cuando una nación como la estadounidense tiene plasmado en su
primera
enmienda constitucional (1791) que: “Congress shall make
no law respecting an establishment of religion, or prohibiting the free
exercise thereof; or abridging the freedom of speech, or of the press; or the
right of the people peaceably to assemble, and to petition the Government for a
redress of grievances” (“El Congreso no podrá hacer ninguna ley con respecto al
establecimiento de la religión, ni prohibiendo la libre práctica de la misma;
ni limitando la libertad de expresión, ni de prensa; ni el derecho a la
asamblea pacífica de las personas, ni de solicitar al gobierno una compensación
de agravios”).
O
que también para el caso de la republica
venezolana se establezca como una de sus normas supremas constitucionales que “Toda persona tiene derecho a expresar
libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o
mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de
cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura.
Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo
expresado” (Artículo
57 de la carta magna, 1999). Que además es pertinente
recordar que se encuentra relacionado con un conjunto de mandatos jurídicos y
normativos a nivel supranacional e
interno al país, como por ejemplo los artículos 18 y 19 de la Declaración
de los Derechos Humanos, los artículos 1 y 2 de la Ley
de Universidades, el artículo 2 del Reglamento
de la UNET y
el artículo 2 de los Estatutos
de la APUNET.
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años:
2018-2019.
Pedro
Morales.
Economista
ULA (1989)
Docente
Universitario ULA-Mérida (1991-1996)-UNET (desde 1997)
Es un mandamiento a seguir al pie de la letra
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