“Sube el telón y baja el telón”: ¿cómo se llama la “obra”?























Primer acto: se ilustra el caso de dos países vecinos, llamados C y V, cada uno con su moneda representativa, P y B, que pueden ser expresadas en términos del signo monetario de un tercer país U: la divisa D. En concreto, el tipo de cambio que se establece en C es flexible o regido por el libre juego entre la oferta y  demanda, determinando una equivalencia cambiaria en la actualidad que ronda los 3.101,10 P por cada D: en los últimos 12 meses ha experimentado una tendencia a la “depreciación” cercana al 36%. Por otra parte, la relación que se establece entre las divisas B y D en el país V, se enmarca dentro de un modelo de cambio fijo o controlado, bajo el esquema de un sistema cambiario oficial con tres mercados, i) 6,30 B por D; ii) 12,80 B por D; iii) 198,96 B por D: en seis meses se ha “devaluado” en términos oficiales entre el 282,6 % al 3.058,1%. Así mismo, se puede determinar una relación oficial de 492, 2 P por B (3.101,10 ÷ 6,30) o de 15,6 P por B (3.101,10 ÷ 198,96).

Segundo acto: de acuerdo al Banco Mundial la inflación histórica que han presentado desde el año 2.010 hasta el 2.014 es la siguiente: País C: 2,3%; 3,4%; 3,2%; 2,0%; 2,9%. Según voceros oficiales internos este estadístico para julio se ubicó en 3,5%, y es muy posible que cierre con un valor de 4,5% para el 2.015.  País V: 28,2%; 26,1%; 21,1%; 40,6%; 62,2%. Aquí no se tiene información oficial actualizada al respecto, pero según expertos u organismos internacionales se puede ubicar para este año en una cifra superior al 170%. En cuanto a la remuneración, el salario mínimo de un trabajador  para el 2.015 es de  644.350,00  P o de 207,8 D al cambio actual (lo reciben 1.250.000 de personas o 2,5% de su población), y de 7.421,67 B o 37,3 D al tipo vigente (11,1% de su población o 3.500.000 trabajadores lo devengan),  respectivamente. Al ritmo o tendencia de la inflación, el sueldo mínimo al final del 2.015 tendría que ser de  673.345,75 P (país C) y superior a los 20.038,5 B (país V).

Tercer acto: ambos países son productores de petróleo, afectados directamente en sus finanzas públicas por la caída de los precios del barril del crudo. Para el caso de C el mismo representa aproximadamente el 55,2% de sus exportaciones, y es el principal generador de divisas. Lo mismo ocurre en V, pero basado en un modelo rentista, y con un 96% de “petroleodependencia” de carácter monoproductor, monoexportador y consumista. Por ello, partiendo del precio de 100 D a los 40 D, cada vez que disminuya en una unidad el valor del  “oro negro”, el país C deja de percibir cerca de los 400.000 millones de P al año: unos 129 millones de D. En tanto que para el  país V, son 612 millones de D los que deja de captar.

Cuarto acto: se distingue un sistema de precios, liberados (C) y  diferenciados a través de controles (V). Situación generadora de distorsiones económicas en los dos países: 1) El precio de la gasolina en V se vende en el mercado interno por debajo de su costo de producción (30 veces menor): el diferencial de precios entre V y C incentiva el contrabando (más de 100 mil barriles diarios); 2) Se genera una demanda masiva de P por parte de B y de B por parte de P, estableciéndose un tipo de compra-venta de: 5P por B; 3) Proliferan los comercios donde no existen o están inactivos los “puntos de venta”: transacciones en efectivo; 4) Los billetes de alta denominación del B pasan a “revalorizarse”: 100B pueden valer 120B o superior; 5) El precio de un producto en C con un precio de 18 mil P, alguien de inmediato lo puede convertir en 54 mil P: adquiere 3 mil B, compra 3 unidades del mismo producto en V que puede estar regulado en 1000 B o menos, lo lleva a C, y  revende.

Intermedio: los gobiernos están en la obligación de mantener la armonía económica, social y política dentro del ámbito humanitario. El país V requiere aplicar medidas integrales y coherentes para sincerar su economía. En el país C se deben hacer los correctivos  necesarios para  neutralizar el contrabando. Pero en esencia,  como hijos de Dios y de la hermandad heredada del “padre de la Patria”, se está en el compromiso moral de respetar y proteger la dignidad del  ser humano, en principal la de los más  humildes: sin distingo de raza, religión o nacionalidad (Antiguo Testamento, Levítico 19.33-34).     Continuará…    
                                                              
Pedro Morales. Docente Universitario. 
pmoral@unet.edu.ve  @tipsaldia 

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