Diario La Nación: Irrenunciables e irrevocables: el derecho a la vida y “vivir con dignidad” (San Cristóbal, 04-03-2.015)
Desde la época de la antigua Grecia, el filósofo Aristóteles afirmó,
que la vida es el máximo de los bienes y que su objetivo principal es la
felicidad, por lo que resulta de carácter irrefutable que
el derecho a la vida no solamente en la concepción biológica sino también en el
ámbito psíquico, social y ético, es decir “vivir con dignidad”, es el bien
jurídico jerárquicamente más importante que debe proteger todo ordenamiento legal.
Sobre este tenor, la triada filosófica, política y jurídica de la
época actual, el marco teórico de los Derechos Humanos y la plataforma normativa
constitucional vigente a nivel mundial
convergen de forma irreversible e
irrevocable en defender sin distinción
alguna a la persona en su dignidad humana, lo que implica en la práctica
fortalecer un proceso humanista, solidario y multidimensional de cambio
progresivo hacia niveles significativos de calidad de vida, que involucre el
disfrute pleno de todos los derechos humanos, lo que implica de acuerdo a la
Organización Mundial de la Salud (1.946) un
mejoramiento continuo de la vida del individuo hacia un
“estado de completo bienestar físico, mental y social”.
Desde la perspectiva del sagrado libro
bíblico, la promoción y defensa de la dignidad humana la hizo destacar Juan Pablo II en su mensaje
del “Día Mundial de la Paz” (2.000): “Jesucristo recalcó la centralidad de la
persona humana en el orden natural (Lucas 12, 22-29), en el orden social y en
el orden religioso, incluso respecto a la Ley (Marcos 2, 27); defendiendo al hombre y
también la mujer (Jonás 8, 11) y los niños (Mateo 19, 13-15)”. En consecuencia,
en los seres humanos hay una dignidad básica moral que
en esencia determina un valor intrínseco dentro de la multidiversidad
universal. Valor intangible que conlleva
a que el ser humano sea tratado con respeto y consideración, por lo que “su
dignidad reside en el hecho de que es, no un qué, sino un quién, un ser único,
insustituible, dotado de intimidad, integridad, de inteligencia, voluntad,
libertad, capacidad de amar y de abrirse a los demás”.
En el mismo orden de ideas, el académico y jurisconsulto Ignacio Burgoa
(1.918-2.005) en su trabajo relacionado con las “Garantías Individuales”, establece
que toda plataforma jurídica, sistema social o modelo económico y político deberá
tener en cuenta la dignidad de la persona en el sentido que es la única manera
en la que será “respetable y respetado”. En tal sentido, el preámbulo de la Carta Magna de la República
Bolivariana de Venezuela invoca “la protección de Dios, el ejemplo histórico
de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros
antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y
soberana” con la misión rectora de consolidar un Estado con un alto grado de
sensibilidad, compromiso y
responsabilidad social, que procure defender como primacía sustantiva la
dignidad humana del individuo como base universal e indivisible de los derechos
humanos.
En síntesis, el disfrute de una vida digna
está condicionada en valorar de manera integral al individuo en todo su ser:
biológico, psíquico, social y ético. Sobre esta premisa la aplicación,
promoción y protección de todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales son materia obligatoria de atender por parte de cualquier
ordenamiento legal.
Para
finalizar y dentro de una dinámica de reflexión:
1) “La vida humana es sagrada: desde su comienzo compromete directamente
la acción sagrada de Dios”. Juan Pablo XXIII.
2)
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Declaración Universal de Derechos Humanos, primer artículo. Declarada
y adoptada por la ONU.
3) “La existencia es el primer bien y el segundo es el modo de
existir". Simón Bolívar.
4)
“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente
existe, eso es todo". Oscar Wilde.
5)
“Hay dos
formas de vivir una vida: la primera es pensar que nada es un milagro. La
segunda es pensar que todo es un milagro. De lo que estoy seguro es que Dios
existe”. Albert Einstein.
6)
“Cuando estamos frente a personas dignas, debemos intentar imitarlas.
Cuando estamos frente a personas indignas, debemos mirarnos a nosotros mismos y
corregir nuestros errores”. Confucio.
Pedro Morales. Economista.
Docente Universitario. UNET-ULA. @tipsaldia
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