Diario La Nación: El “Templo Sagrado” del fútbol es el hogar genuino de la “Vinotinto” (San Cristóbal, 10-03-2.015)
El escritor
uruguayo Eduardo Galeano, en su libro “El fútbol a sol y sombra” (2.010)
describe de una forma sublime, sentimental y emotiva lo que representa el
fútbol para los seres humanos, elevándolo incluso a un nivel religioso,
espiritual y factor integrador de su imaginario socio cultural: “el fútbol es la única religión que no tiene
ateos.” Pero igualmente desde el punto de
vista de la “buena” política y de la economía deportiva, esta actividad humana
también llamada balompié, representa en la dinámica de la sociedad, un motor de
su propio crecimiento sostenible (hacia el bienestar ambiental), debido
principalmente a los impactos o efectos directos, indirectos e inducidos que
genera sobre magnitudes y variables macro y microeconómicas: producción,
empleo, salario, actividad empresarial, etc.
A propósito de esta
dimensión económica, por allá en los inicios del año 1.998, previo a ingresar
al “Templo Sagrado” del fútbol en San Cristóbal, un empresario de “comida
rápida” le preguntaba y respondía a su esposa: “¿cómo será vender pasteles en
el mundial de fútbol Francia 98?. -Con
esa cantidad de gente se aumentarían nuestras ventas y ganancias, al mismo
tiempo nos obligaría a hacer algunas inversiones, y comprar más materia prima,
al igual que emplear otras personas”. Esta anécdota inédita, explica a través
de la sabiduría popular el modelo económico “input-output”: los múltiples
efectos en “cascada” que se generan cuando se modifica el comportamiento de
consumo o demanda (favorablemente) de un grupo social (que se concreta en una
mayor cantidad de dinero circulando).
En este este contexto,
podrían simularse los efectos positivos, que sobre la actividad económica y
social del Estado Táchira, generaría la extraordinaria masa monetaria, que
potencialmente fluiría incluso en toda la región suroeste, en el caso que
nuestra selección de fútbol de Venezuela, la “Vinotinto”, tuviera como hogar-sede
el Estadio Pueblo de San Cristóbal. Para afincar tal argumentación, pueden
tomarse como referentes, algunos datos relacionados con anteriores ediciones de
la copa mundial de fútbol:
I) En Colombia, la empresa que ganó la licitación para comercializar las boletas para los juegos de la
eliminatorias del mundial Suráfrica
2.010, se comprometió a entregarle a la Federación Colombiana de Fútbol
(Colfutbol) la cantidad de 9 mil millones de pesos (cerca de los 4.230 millones de US$ de acuerdo al tipo de cambio del
año 2.007) por los ocho partidos que se realizarían en la condición de local por parte de la
selección, más el 50% de las ganancias
provenientes de las ventas por taquilla (monto acumulado aproximado de 11 mil
millones de pesos o 5.169 millones de US$ ). Por otra parte, la Federación Ecuatoriana de Futbol (FEF) para el
2.013 contó con un presupuesto aproximado de 28 millones de dólares US$), de los cuales
el 57% correspondían a derechos de transmisión por televisión.
II) Para el juego de la eliminatoria del mundial Brasil 2.014 entre
Venezuela y Bolivia, realizado en San Cristóbal en noviembre de 2.011, el
promedio del precio de las boletas fue de 494,17 Bs o un equivalente de 114,9 US$; y con una
multitud que asistió al estadio que superó los 37 mil aficionados, el estimado
por venta pudo estar cerca de los 18.284.290,00 Bs o en termino de dólares (a
la tasa de 4,3 Bs): 4.251.300,00 US$.
III) No obstante las exigencias presupuestarias del caso, la movilización
de aficionados suramericanos, desde sus respectivos países de origen hacia las diferentes sedes donde se realizó el
mundial de fútbol el año pasado (12 junio al 13 de julio), tuvo un
comportamiento muy significativo (aún con cifras conservadoras de algunos de
ellos): 200.000 argentinos; 20.000 chilenos; 12.000 colombianos. Pero así
mismo, y para ilustrar la situación anterior, un paquete turístico ofrecido para
viajar desde Colombia y presenciar la primera ronda (15 días) del mundial
Brasil 2.014 tuvo un precio que varió entre los 31 y 47 millones de pesos, o en términos de dólares USA,
entre 16.515,7 y 25.039,95 (pasar la noche en un hotel de Brasil requería pagar
una tarifas entre los 400 US$ hasta los 1.200 US$).
Ante estas cifras referenciales, que permiten inferir un
conjunto de bondades socio-económicas para los agentes involucrados (empresas,
familias, gobierno), surge la imperiosa obligación por parte de todas las
fuerzas institucionales del Estado Táchira, en concertar y aunar esfuerzos a
favor de lograr la visión compartida, que nuestra selección de futbol de
Venezuela, llámese “Vinotinto”, tenga como hogar-sede el Estadio Pueblo Nuevo en la venidera fase eliminatoria para el mundial de fútbol Rusia 2.018. Las
condiciones y requisitos exigidos por la Conmebol se cumplen a plenitud. Donde la trascendente tradición futbolística,
sustentada por el noble gentilicio del pueblo tachirense, la ubicación
geoestratégica con Colombia (ancestral en fútbol), aunado a otro conjunto de
fortalezas (plasmadas en propuesta), le otorgan un extraordinario aval a esta
genuina solicitud.
Pedro Morales. Economista. Docente
Universitario. pedromoralesrodriguez@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario