“Referéndum Consultivo” o “Plebiscito” universitario


“De no aprobarse el aumento salarial en función de las tablas contenidas en el Proyecto de la Segunda Convención Colectiva Única del Sector Universitario (IICCU), durante el mes de julio de 2015, o de imponerse un ajuste salarial unilateral e insuficiente por una vía distinta a la discusión de la IICCU, ¿usted estaría de acuerdo con apoyar un paro general indefinido en la Universidad...?”.

No obstante la noble, justa y urgente causa que motiva la realización de este “Referéndum Consultivo” o “Plebiscito” universitario, es preciso considerar que su naturaleza jurídica no es de carácter vinculante o de obligatorio cumplimiento, ni tampoco su resultado electoral constituye necesariamente la expresión de la voluntad popular, dado que el poder de convocatoria para la participación o consulta está en el riesgo inminente de ser poco contundente como para generar un verdadero impacto en lo político. Además, la pregunta margina con alto grado de significación, los problemas neurálgicos o nucleares de la sociedad venezolana. En otras palabras, es vital un aumento general de sueldos y salarios en función de la “meritocracia productiva”, pero a la par exigirle al gobierno, un modelo de economía diversificada, que  aplique políticas  económicas coherentes y acertadas, que reactive el aparato productivo, se potencie la capacidad e infraestructura universitaria, etc.

La expectativa de sueldo para el personal obrero, administrativo y docente que se podría ubicar a partir del 01-09-2.015 en Bs. 35.438,87, Bs. 104.621,35 y Bs. 198.606 respectivamente, simplemente representaría una “mejora fugaz”,  en el sentido que cae dentro de la dimensión de la “ilusión monetaria” o “fetichismo del dinero”: una ingente cantidad de bolívares que no encontraría correspondencia en la cantidad de bienes existentes (debido a la escasez y desabastecimiento recurrente), y por tanto el dinero (el que se disponga, dada la desaparición que experimentan los billetes de alta denominación) no cumpliría con su función de permitir las transacciones, al existir restricción en las productos que se requieren. Todo ello dentro de un escenario de hiperinflación, que se ilustra de la siguiente forma: antes se iba al mercado con dinero  y se regresaba a la casa con diversidad de productos en bolsas; hoy en día se va hacer compras y se regresa sin dinero, y con poco mercado en las manos.

Realmente estamos viviendo una crisis muy  severa, que se genera y reproduce debido a los sistemas de precios diferenciados, y muy en particular al control del tipo de cambio oficial que desde hace tiempo dejó de ser 6,30 bolívar por dólar, para ubicarse en términos reales en aproximadamente 0,5 bolívar por dólar. Sin embargo, con la toda la gravedad que está situación “sindromatica” representa, la misma tiene desde la perspectiva técnica-económica una inmediata solución. ¿Cuál es?: exigirle institucionalmente al gobierno nacional, que inmediatamente aplique medidas que rompan con esta secuela de malformaciones contrarias al bienestar sostenido. Solamente rectificando y sincerando su política, el país comenzaría a normalizarse: al abandonar el modelo rentista de siempre;  se liberarían 45 mil millones de dólares; el tipo de cambio podría ubicarse entre los 50 y 90 bolívares por dólar;  y la  inflación no superaría el  40% en el primer año del ajuste.

Pero tan importante como lo anterior lo representan dos factores esenciales: I) No renunciar a la lucha para que las Normas de Homologación se sigan aplicando, bien en lo que respecta a la indexación del salario, que para enero de 2.015, de acuerdo a cálculos propios se ubica aproximadamente en los 150 mil bolívares (para un profesor titular a dedicación exclusiva), o en lo que respecta a la deuda por desaplicación de la misma desde el año 2.004, la cual sobrepasa los 10 millones de bolívares para cada docente universitario. II) De acuerdo a los postulados del “Triángulo de Sábato” (1.968), se debe exigir que el gobierno promocione y  apoye  las alianzas estratégicas entre universidad y sector empresarial, e  invierta los recursos necesarios para potenciar su capacidad e infraestructura de producción: bienes y servicios, talento profesional y “stock” tecnológico, etc.

Pedro Morales. Docente Universitario. 
pmoral@unet.edu.ve   @tipsaldia


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