UNET: 6R (VII)
Mientras que exista el auge aparente de una economía “burbuja”, sostenida por un poder adquisitivo agravante, proveniente de fuentes exógenas o ajenas a una economía real o generadora de bienes y servicios, el gobierno nacional y sus cómplices seguirán conduciendo al país por una falsa realidad, en contra o de espaldas al padecimiento complejo de carácter humanitario (sostenido en el tiempo) de los trabajadores decentes de Venezuela.
Sin un salario mínimo vital, asimilado al derecho a la vida (que está por encima en jerarquía de cualquier otro), no se debe regresar a ningún sitio de trabajo, a menos que se esté recibiendo un ingreso con poder de compra que lo único que hace es agravar la letalidad del patógeno económico y social que nos destruye: megahiperestanflación y espondevaluación. Se reitera que el factor clave es el económico salarial. Este es prioritario. Y en este año de megaelecciones y de pandemia en su etapa de rebrote, es un nuevo absurdo e insensatez, que se pretenda mostrar una “normalidad” que no existe…porque al seguir incumpliendo el artículo 91 de la Norma Fundamental de Venezuela, nadie con renta fija regresará a los sitios de trabajo, porque en la práctica perdería mucho más.
Digresión 1: se debe estar alerta con todos aquellos que quieren mostrar una “normalidad” mentirosa, y que solo persiguen satisfacer intereses mezquinos de orden personal o grupal. Digresión 2: para junio 2019 el salario mínimo estimado era de aproximadamente 1.000 dólares. Ver: Estructura salarial indexada https://bit.ly/2XHyz2h
“Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales… El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. La Ley establecerá la forma y el procedimiento”. Artículo 91. Constitución de Venezuela.
Asimismo es importante siempre tener presente que: “Las universidades son instituciones al servicio de la Nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales”. Artículo 2. Ley de Universidades.
En tal sentido, dado que el régimen gubernamental tiene más de diez años con una política de restricción presupuestaria, descapitalización de la infraestructura universitaria, quiebra económica y exterminio o genocidio selectivo de toda su comunidad, vamos a seguir esperando que el gobierno nacional reflexione y cambie las condiciones nefastas hacia nosotros. Y mientras tanto seguir esperando de brazos cruzados que alguien nos resuelva la situación de tragedia.
Lamentablemente ha sido un proceso degenerativo de varios años que ha conducido al sistema universitario en general a un estado de “coma”, y con ello a todos sus integrantes y a la sociedad a quien nos debemos. El modelo de universidad tal cual como lo conocimos caducó, y sus dirigentes y representantes deben sincerar la situación ante la opinión pública.
Como se ha insistido (y seguiremos insistiendo) en la propuesta universitaria UNET: 6R, se requiere de inmediato iniciar un proceso de reforma y transformación de la institución universitaria, pero ello no depende del gobierno, sino de sus propias autoridades, decanos, gremios, sector estudiantil y de todo su personal con competencia y compromiso universitario. Por supuesto que toda la sociedad es importante que se incorpore en el proceso, pero la sustentabilidad de la universidad exige un cambio de pensamiento y accionar. (a)
A propósito, una arista de dicha propuesta tiene el objetivo de reactivar la docencia universitaria (bajo la modalidad de educación virtual a distancia) donde el estudiante pague lo equivalente a 10 dólares por materia para un régimen de seis semanas. Sin embargo, algunos lo consideran una cuestión inconstitucional y exabrupto, pero dada la incongruencia manifiesta, la decisión de aumentar los pagos que debe hacer el docente a su Instituto de Previsión de la UNET (que debería cambiar su nombre y objeto debido a que la mayoría de sus afiliados fundadores no podemos tener acceso), o los aranceles para los cursos de formación permanente y postgrado, al igual que los correspondientes para la expedición de documentos que requieren los egresados, todos valorados en divisa, resultan ser todos pertinentes, oportunos, legales y justos…
Digresión 3: Absoluta “desconexión de la realidad”, tal como lo expresa el profesor universitario Fidel Revelo (la próxima semana tendremos sus apreciaciones al respecto).
Digresión 4: La cuestión de fondo es que las autoridades, decanos, representantes de los sectores universitarios y responsables de los institutos de previsión, se dediquen entera e incansablemente a gestionar los recursos necesarios en función de propuestas y proyectos, a presentar y defender ante las instancias gubernamentales con competencia en el ámbito universitario: todo para beneficio de sus agremiados.
Digresión 5: Con relación a los “ingresos propios”, muy pertinente que se muestre oficial y públicamente el monto recaudado en divisa o moneda extranjera, al igual que la base normativa que lo sustenta y la estructura de costos asociada.
(a) Propuesta universitaria UNET: 6R https://bit.ly/38eLH4z (documentación que desde inicios del año 2021 se ha venido entregando formal y públicamente a la Máxima Autoridad de la UNET)
https://www.youtube.com/watch?v=j3wv0wT19a4
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2021.
Pedro
Morales.
Economista
ULA (1989)
Docente
Universitario ULA-Mérida (1991-1996)-UNET (desde 1997)
Profesor
Titular
Excelente análisis sobre el acontecer universitario.
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