Mezcla de comunismo, fascismo y capitalismo

 

 “Esto no es por azar, todo tiende a la destrucción de la civilización occidental y cristiana, suplantándola por un nuevo orden mundial. Pretenden una forma colectivista de gobierno que consiste en una mezcla de ingredientes del comunismo, el fascismo y el capitalismo, y para ablandar a la gente deben acabar con los ideales y las creencias. Para ello es necesario la constante amenaza de una continua agresión externa, ya sean otras naciones las agresoras, o los virus que nos atacan o el agresor del cambio climático. Necesario inventar conflictos. La gente debe vivir con miedo a un enemigo que las elites señalan. Al final se regresa a la servidumbre. El siervo moderno tendrá un televisor de pantalla plana y un teléfono inteligente, pero sus creencias e identidad se perderán hasta tal punto que no podrá hacerse cargo de su propia vida porque el nuevo orden mundial necesita que la gente confíe  en el Estado para satisfacer sus necesidades.” (Foro de la Virgen, 2021)

Hasta el año 2007 la economía china creció fundamentalmente debido a su pujante sector exportador. China tenía y sigue teniendo un sector exportador enormemente competitivo: vender y vender masivas cantidades de mercancías a Occidente. ¿Y cómo compraba Occidente esas mercancías? En gran medida endeudándose. Preciso recordar que hasta el año 2007, la economía europea en su conjunto y también la estadounidense estaban sumidas en una burbuja de deuda privada, es decir los agentes económicos compraban dentro y fuera de su economía: afincándose en deuda.

En el caso de Estados Unidos de América (USA), su endeudamiento mayoritario hasta el 2007 era con China. A finales de ese año la diferencia entre lo que China compraba y vendía en el exterior equivalía a masa del 10%  de su PIB, es decir exportaba mucho  más de lo que importaba, y gran parte de las exportaciones chinas eran compradas por la economía estadounidense. De hecho el déficit exterior de Estados Unidos a finales del 2006 era del 6% de su PIB. China vendía a crédito al exterior, y Estados Unidos y otros países del mundo (pero sobre todo Estados Unidos) compraban pero endeudándose con China. Sin embargo, llego la crisis financiera del año 2007 que azotó a Occidente, y a partir de  esa crisis la capacidad de endeudamiento Occidental se resintió gravemente. Nota 1: En una crisis de deuda los agentes económicos  intentan desapalancarse, intentan liquidar sus activos para pagar sus deudas, y rechazan asumir nuevas deudas.

Es evidente que el  motor de crecimiento de China hasta el año 2007  estuvo basado en las ventas masivas a Occidente que lo sostenía gracias al endeudamiento. De esta manera se compraban productos principalmente de origen chino, y las autoridades chinas entendieron en ese momento (2007-2008)  que venía un cambio de ciclo muy importante. Occidente ya no iba a comprar más a China a través del endeudamiento: seguiría comprando de contado, no con una gran acumulación de deuda frente a China,  debido a que la prioridad radicaba en desapalancarse o de desendeudarse a partir de ese momento.

Por ello, las autoridades chinas decidieron cambiar la estrategia de crecimiento del país. En lugar de enfocar la estructura productiva o actividad económica china hacia la exportación, había que dársele mucho más peso al gasto interno. China ya no debía producir tanto para vender afuera a crédito, sino vender mucho más dentro del país. Aquí se destaca que el superávit exterior de China descendió desde más del 10% del PIB a finales del año 2007 a ser inferior al 1% del PIB en los años 2018 y 2019, es decir junto antes de la pandemia. Nota 2: En esos diez años, desde 2008 hasta 2018-2019, se produce un cambio estructural muy fuerte en China, desde mirar al exterior a empezar a mirar mucho más a lo interior.

Ahora bien, en los años 2005, 2006 y 2007 el PIB chino crecía a tasas interanuales superiores al 10%, e incluso en el año 2007 se llegó a una tasa de crecimiento interanual del 14%, con lo cual se preguntaban: ¿cómo se mantendrán esas elevadas y aceleradas tasas  de crecimiento, si el motor en que descansaban hasta la fecha, era el endeudamiento privado de occidente que permitía comprar las mercancías que se exportaban desde China?, ¿cómo se mantendrá estas altísimas tasas de crecimiento dependiendo exclusivamente de la demanda interior? Y la respuesta que dieron las autoridades chinas fue: endeudándonos muchísimo más. Así pues, cuando deja de estar supeditado al endeudamiento que hacían del exterior,  empieza a depender de su propio sobreendeudamiento.

Nota 3: Crecer sobre los pilares movedizos del endeudamiento es tremendamente peligroso, porque el exceso de deuda tienden a generar burbujas de activos, propician  malas inversiones generalizadas, que tarde o temprano van a colapsar y dificultar el repago de la deuda. Si la deuda financia inversiones contraproducentes y ellas se vienen abajo, la deuda también se viene abajo, y con esa deuda suele venirse abajo  el sistema financiero del país, sumiendo a esa economía en una profunda depresión.

Oportuno recordar que en el año 2009 la Reserva Federal estadounidense  con la intención de reactivar la economía del país, emprende las flexibilizaciones cuantitativas o  Quantitative Easing, que suponía inundar de dólares al sistema financiero de USA. Por lo que el accionar de los inversores era endeudarse a bajos tipos de interés en Estados Unidos para adquirir activos financieros chinos a altos tipos de interés. Nota 4: Esto permitió que China pudiese incrementar su endeudamiento sin necesidad de depreciar el yuan.

Pero a partir del año 2013 Estados Unidos inicia el famoso tapering, es decir la progresiva retirada de los estímulos monetarios,  con lo cual el capital financiero deja de fluir desde los Estados Unidos a China, de modo que todo el endeudamiento que estaba acumulándose en China gracias al crédito “barato” procedente desde los Estados Unidos desaparece. Y es ahí cuando las autoridades chinas deciden empezar a recortar de manera significativa a los tipos de interés a través del Banco Popular de China o  Banco Central de China. Nota 5: Con el fin de estimular endógenamente su propio endeudamiento.

Desde el año 2014 los tipos de interés del Banco Central de China bajan desde el 6% al 4, 35%, coincidiendo con esa continuidad del sobreendeudamiento privado dentro de China. De tal forma, el crecimiento desaforado de Evergrande durante los últimos años solo es una de las consecuencias de este ciclo de súper endeudamiento interno en China. Nota 6: Las malas inversiones de Evergrande no son más que la consecuencia de esta política monetaria ultra expansiva dentro de China para estimular artificialmente su crecimiento.

“Lo que estamos viendo es la camarilla de las personas y entidades comerciales, políticas y económicamente más poderosas del mundo, tratando de hacer el mundo a su medida. Sin embargo, mientras estén tratando de lograrlo asistiremos a un desastre de proporciones míticas, y los próximos años serán inestables y confusos. El resultado será que al final el mundo cambiará para siempre…” (Foro de la Virgen, 2021)

Referencias:

1) El Nacional (18-09-2021). Deflación social: https://bit.ly/3CFDu6k

2) Foro de la Virgen (2021). ¿Cómo es la nueva normalidad que nos quieren imponer?: https://bit.ly/3lUc7P9

3) Morales, P. (03-06-2015). “Pesolización” de la economía: https://bit.ly/39yR5zQ

 

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. 

Años: 2018 al 2021.

                                                                         Pedro Morales.

Economista ULA (1989)

Docente Universitario ULA-Mérida (1991-1996)-UNET (desde 1997)

Profesor Titular









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