Libertinaje

 


La gracia de Dios “transfigura” la existencia hacia el “Reino de los Cielos”, y el pecado por causa del “enemigo” desfigura y condena la vida al castigo eterno.

En general puede afirmarse, que en el inconsciente de la persona se tiene muy anclada la noción “tener para ser”. Razón por la cual se le manipula, se le administra sus necesidades deslealmente, e incluso  se le induce en su desempeño diario, sobre todo en situaciones de “sobrevivencia”, a contrariar su sistema de valores morales y espirituales, desembocando en  un escenario donde el grueso de los individuos se les atribuye una condición donde “piensan como los hombres, no como Dios” (San Mateo 16, 13-23)

Definitivamente el tema central está en el ser humano, en la forma  como funcionamos, sentimos y “vivimos” de acuerdo a los criterios que imponen los que dirigen  el mundo. Cada vez somos más dependientes de los designios de la “matrix” demoniaca, y nuestras percepciones, opiniones, actuaciones y valor subjetivo de todo lo que nos rodea para satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales están absolutamente manipuladas; mediatizadas por todo lo que estamos viviendo, y entonces cada vez estamos más desenfocados,  perdidos o alejados de la esencia misma de la gobernanza espiritual que integra el plan divino de nuestro Abba Padre.

El libertinaje o libertad excesiva y abusiva en todo lo que se dice y hace (ejemplo, las ciudades de Sodoma y Gomorra), se ha establecido como obra de maligno en todo el contexto de la humanidad, lo cual se caracteriza por las siguientes pautas: “1) Haz todo lo que quieras. 2) No debes obedecer a nadie. 3) Tú eres el dios de ti mismo”. (Amorth, 2017, pp. 19)

En tales términos, la distopía mundial que se ha venido construyendo en un largo periodo de tiempo, se ha agravado en este milenio, debido entre otros factores, a los embates contra toda la sociedad en su conjunto y que provienen de: a) La trampa de Tucídices, donde participan representantes del imperio del mal para establecer un sistema neofeudal; b) El efecto Cantillon o perversidad directa (oferta monetaria) e indirecta (conversión monetaria), sin mejorar sustantivamente la economía real, con la consecuencia de generar mayor pobreza en la mayoría de la población, y altas ganancias en los privilegiados o cercanos al poder.

Digresión 1: Tener presente por ejemplo, los verdaderos intereses económicos (petróleo), y por ende los principales financistas de la revolución rusa (1917), al igual que del  régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez en Venezuela (1908-1935)

Amparándose aún más en la crisis patógena de carácter deliberada e inducida, el  “enemigo” se ha encargado de transformar la vida  del ser humano a un decadente grado marginal (no se respeta ni valora);  que así llevada por la conducta libertina se ha caracterizado  en términos macro, por realizar todo lo que pase por la mente de las personas, sin importar lo torcido, perjudicial o nocivo que sea para la integridad del ser y el tejido social. Todo cabe y vale siempre y cuando sea deseado por el individuo: motivado por fuerzas externas o a nivel del mismo inconsciente. Entonces la tendencia ha consistido en desobedecer paulatinamente  los mandatos de Dios, al igual que pensar y actuar a espaldas de la fe cristiana y católica: al seguir y aprobar el camino “políticamente” pecaminoso.

Por ejemplo, “políticamente” pecaminoso es: i) Colaborar en la destrucción de la familia y la iglesia; ii) Rechazar todo lo que sea religioso especialmente cristiano y más aún católico; iii) Presentarse como una persona agnóstica o indiferente; iv) Estar de acuerdo con la política de reducción de los nacimientos; v) Estar de acuerdo con la aprobación y la despenalización del aborto y la eutanasia; vi) Estar a favor de la ideología de género, del matrimonio igualitario, de la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo, etc.

Digresión final: Según los criterios mundanos, algunos creen en Dios, pero reniegan asumir y cargar la Cruz de la vida. Entonces, ¿qué representa Jesucristo en cada uno de nosotros? Por otra parte, ¡no esperemos que la oscuridad de la maldad nos atrape! Aprendamos del Santo Cristo a tomarnos un tiempo para orar, pensar, actuar y con ello compartir con generosidad solidaria, lo mucho, lo poco o casi nada que tengamos, en lo material, talento y tiempo. Asimismo, en el rol de intercesores primarios ante el Hijo de Dios, la fe, la humildad y perseverancia en la oración a favor de otra persona o en el mío propio de cada quien, es una obra de caridad con efectos milagrosos.

Referencias:

a) Amorth, Gabriele (2017). Mi encuentro con el diablo: https://bit.ly/3hInSHo

b) El Nacional (2021). Distopía: https://bit.ly/37pZkwV

c) Meller, Leandro (2019). El desarrollo del efecto Cantillon como noción teórica: https://bit.ly/3fD28LH

d) Pipes, Richard (2016). Revolución rusa: https://bit.ly/3jrxSET

e) Spengler, Oswald (1918). Decadencia de occidente: https://bit.ly/3AeHmdd

f) Tapia, Carolina (2013). La presencia del libertinaje: https://bit.ly/3AtLLcD

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2021. 

Pedro Morales. pedromoralesrodriguez@gmail.com  @tipsaldia. WhatsApp: +584168735028







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