Existen sobradas
razones de hecho y derecho para que la gran mayoría de los venezolanos en
general y los universitarios en particular, consideremos que el gobierno
nacional es el principal culpable de nuestro
“padecimiento complejo humanitario”, y por tanto tildado como
“ilegitimo” aunque mantenga una muy discutida legalidad.
No obstante, aunque
somos seres humanos y forma parte de la integridad personal las convicciones
políticas individuales o partidistas, principalmente
en lo que concierne a las autoridades y representantes de las instituciones
democráticas (y entre ellas las universitarias), la virtud cardinal de la
prudencia y la sensatez en el plano institucional debe prevalecer hasta el
último momento, principalmente en todas
aquellas decisiones de envergadura constitucional donde cada proceder exige una
rigurosa y objetiva documentación: de
manera de evitar múltiples implicaciones, repercusiones y contradicciones. Por ende:
“La cuestión no se debe limitar a si se
reconoce o desconoce políticamente, sino que además de forma obligatoria tenga
sustento constitucional”.
Entonces de conformidad
al enunciado que precede y producto de
la experiencia personal, se presenta a continuación una información que forma
parte del libro (en proceso) acerca de la “realidad
económica, social, política y ambiental en general de Venezuela, y su ineludible interdependencia multidimensional en lo geopolítico, geoeconómico, geocultural y geoestratégico con el resto
mundo”.
Morales,
P. (12-02-2018). Carta al “Señor Presidente”.
Publicado en intranet de la UNET y medios de comunicación.
“...de parte de los
millones de venezolanos que nos
identificamos con el genuino partido pero del trabajo y/o el estudio, y que
poseemos el carnet pero de trabajador y/o estudiante… si en fecha reciente
decíamos que el salario era insuficiente e indigno y nos encontrábamos con el
dilema que “si teníamos para comer no
teníamos para la salud o pagar el pasaje”, en la actualidad con los
estragos generados por este “conflicto” los que dependemos de una renta fija
(porque nuestro trabajo es a dedicación exclusiva) “no tenemos ni para comer, ni para salud, ni para nada”.
Esta situación trágica
la padecemos una mayoría importante de venezolanos, pero en particular una
institución que es fundamental para el desarrollo de cualquier país, que
lamentable y tristemente está en franca agonía…Esta institución a la que me
refiero es la Universidad en su conjunto. Importante recordar que ella tiene
como misión esencial formar a los profesionales y generar los productos
innovadores-tecnológicos que requiere el Estado venezolano.
Pero contradictoriamente la universidad ha
sido abandonada a su suerte, se le han negado los recursos requeridos para
potenciarse y contribuir a la reactivación del país. Con el agravante que toda
su comunidad (estudiantes, obreros, administrativos y docentes) ha sido
duramente golpeada, constantemente maltratada y hasta despreciada. Hoy en día
sus trabajadores están pasando por un terrible estado de pobreza y miseria que
les impide vivir dignamente y cumplir con la misión establecida en la Carta
Magna y la Ley de Universidades (y que por el contrario les obliga a emigrar o
dedicarse a otro oficio en perjuicio de la misma Universidad y Venezuela).
Literalmente hablando no tenemos para cubrir las necesidades mínimas diarias de
alimentación, para atender la salud y menos aún para mantener el nivel
académico que se requiere para seguir formando a nuestros nobles estudiantes.
Morales,
P. (27-02-2018). Comunicado público. Publicado en intranet de la UNET y medios
de comunicación.
Disculpen que me exprese en primera persona, pero con el
mayor respeto dirijo este comunicado a toda la comunidad universitaria y
sociedad en general, no solamente en el rol de docente universitario o
presidente del gremio de profesores (APUNET), sino como un venezolano al igual
que los más de 30 millones que padecemos los embates de una tragedia nacional,
que por más argumentaciones que se presenten y expongan por diferentes sectores
afines o antagónicos, no deja de ser insensata y absurda al constatar
diariamente que son mayores los estragos que genera en todos los órdenes de la
vida, sin que exista la madurez, cordura y la comprensión emocional para
realmente neutralizar y revertir los daños directos, colaterales y con
características de irreversibilidad que se están infringiendo en las propias
raíces morales y éticas de la sociedad venezolana.
Desde nuestra responsabilidad es muy doloroso no poder dar
una respuesta efectiva y tranquilizadora, cuando aún en la misma situación
crítica o de supervivencia que en lo particular se está viviendo, cientos de
personas y no solo de la universidad se acercan o se comunican por algún medio
para compartir sus angustias y exponer sus inquietudes, expectativas o
preocupaciones acerca de los sueldos que no alcanzan para nada, de las
coberturas de salud que son insuficientes pero también impagables, de la
continuidad del semestre para graduarse pronto, de la situación del país, el
desenlace final, de la actuación de gremial federativa, etc.
Corresponde enaltecer en principio la solidaridad mostrada
por familiares, compañeros, amigos, y en particular a la Asamblea de Profesores
del 20-02-2018 por la sabias decisiones que tuvieron en apoyar las propuestas
presentadas por directiva de APUNET (esperamos sean también consideradas y
aprobadas por los demás representantes gremiales y universitarios), pero en
concreto agradezco la preocupación y la recomendación de no tomar la decisión
de iniciar una “huelga de hambre” este lunes 26-02-2018.
Sin embargo muy responsablemente debo decirles que en un
escenario donde no tenemos nada o hemos estado perdiendo todo, lo menos que
debemos hacer por una parte es reconocer y oficializar ante nosotros mismos, el
país y el mundo entero que en lo personal, familiar y como nación venezolana
estamos en una situación de hambre, y no solamente carencia de nutrientes
básicos para la sustentar la vida biológica, sino de todo aquello que favorece
una vida integral y digna.
Es decir, tenemos hambre de buena salud, hambre de salarios
con poder adquisitivo, hambre de presupuestos justos para la operatividad
académica-administrativa y fortalecimiento de la infraestructura universitaria
y del país, hambre de seguridad, hambre de querer quedarse en nuestro país pero
ser prácticamente expulsados….hambre de tener una buena vida pero producto de
nuestro trabajo y estudio decente….sin que nadie nos regale nada, etc.
Entonces es urgente y necesario que partiendo de la misma
universidad con sus representantes genuinos y la comunidad a quien representan,
afinquemos, canalicemos y concentremos todos los esfuerzos con el propósito de
orientar la discusión, los requerimientos, los planteamientos y las propuestas
en el camino de solventar los graves problemas en lo económico y social que
padece la población venezolana.
Morales,
P. (24-04-2018). Comunicación a Senador. Delivered 14-05-2018
Por favor discúlpeme
pero permítame presentarle el siguiente planteamiento en relación a la
“emergencia compleja humanitaria” que arraiga y se expande en Venezuela:
La crítica situación
que padecemos en Venezuela debido a una gestión de gobierno contradictoria y
alejada del proceder pragmático, dejó de ser contingencia para transformarse en
una cuestión de supervivencia, producto del afianzamiento sostenido y
sistemático de la emergencia compleja nacional, con afectación directa en la
dimensión humana, particularmente a lo que refiere a la destrucción o ruptura
del sistema de salud y a la persistencia del poder adquisitivo negativo. En
síntesis, es un hecho público y notorio el estado de quiebra, descapitalización
patrimonial y pobreza crítica en que se encuentra el venezolano.
Existen sobrados indicios
ciertos y comprobados, que Venezuela se encuentra inmersa en una irrefutable
“emergencia compleja” y sufre además los rigores de una “guerra” originada en
esencia por la implantación e implementación de un modelo contradictorio y
absurdo de gestión gubernamental nacional, que incluso ha sido así oficializada
y catalogada por ellos mismos como “económica” a través de su política
comunicacional. Muestra de ello el desabastecimiento de alimentos (casi el
100%), de medicinas e insumos médicos (superan el 90%) que agravaban los
niveles críticos en desnutrición y casos de fatalidad humana por falta de
atención médica calificada y colapso del sistema de salud nacional. Con el
agravante de la masiva emigración a otros países de jóvenes talentosos y
personal formado-capacitado.
Estamos
conscientes de la imperiosa necesidad que de inmediato se ejecuten un conjunto
pragmático de políticas integrales y acertadas para solventar los
graves desequilibrios estructurales que padecemos absolutamente todos los
venezolanos en múltiples aspectos: entre ellos el económico y el ético-moral.
En tal sentido, de manera muy respetuosa se le hace llegar algunas
proposiciones complementarias que pudieran incorporarse al plan humanitario a
favor de Venezuela que usted viene adelantando.
i.
Todo lo anterior suponen
las causales esenciales para activar la “Ayuda Humanitaria Internacional”, así
establecidas de acuerdo al Derecho Humanitario, y calificada particularmente en
la normativa respectiva vigente de la ONU tal el caso de la Resolución 46/182.
Por consiguiente, se exhorta que se concreten y agilicen las diligencias
necesarias para permitir y facilitar que toda la población venezolana sea
atendida en tal situación de extrema y vital urgencia.
ii.
Sin
condicionantes y sin distingo de cualquier tipo dar acceso a los respectivos
planes de alimentación, salud y cualquier otro beneficio de tipo social a todo
venezolano que lo requiera.
iii.
Es fundamental transferir poder adquisitivo a todos los trabajadores decentes en
función de una oferta y distribución libre de bienes y servicios, una
liberación del dinero en efectivo y ajuste salarial real tal igual al nivel que
existía en diciembre 2007 (de manera de reactivar la demanda efectiva). A tal
efecto se dispone de una propuesta metodológica relacionada con la “Estructura Salarial, Beneficios y otros
Aspectos Laborales”, teniendo como marco de referencia la realidad
venezolana en cuanto a lo económico, social y político.
iv.
Es de menester trascendencia propiciar la esencial
integración entre el sector público, empresarial y universitario a favor del
verdadero bienestar duradero. Pero para ello se debe Iniciar de inmediato la ejecución de un Plan Integral de
Reconstrucción o Reactivación Universitaria (PIRU), donde es básico la
inversión de capital e infraestructura en todas las Universidades, que
complemente el justo y necesario presupuesto para gastos de funcionamiento y
beneficios laborales (salarios entre otros) indexados: en pro de la formación
integral de nuestros estudiantes y en beneficio de la sociedad a la cual nos
debemos. En concreto (según estimaciones previas) se
requieren invertir más de 2 mil millones de dólares en la ampliación,
recuperación y potenciación de la infraestructura universitaria.
v.
Igualmente se
debe seguir insistiendo en la realización de elecciones para Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela donde existan condiciones mínimas, para que
con el tiempo debido cualquier venezolano (que cumpla con los requisitos
establecidos en la Constitución) pueda participar como candidato y/o elector:
porque ese empeño de pasar por encima de todos al imponer una ideología
especifica en verdad no es compartida por la mayoría de los venezolanos…
vi.
Básico internalizar los procesos de pensamiento y
el accionar consciente e intencionado en el sentido que revertir la situación
de quiebra, descapitalización, pobreza y miseria agravada que padece la
sociedad venezolana, depende primariamente de una confianza renovada y la
reducción de los altos grados de incertidumbre y conflictividad, que
esté respaldada por la aplicación de una política económica integral,
coherente, sensata, pragmática y disciplinada.
vii.
Urgente y necesario que afinquemos,
canalicemos y concentremos todos los esfuerzos con el propósito de orientar la
discusión, los requerimientos, los planteamientos y las propuestas en el camino
de solventar los graves problemas en lo económico y social que padecemos…
Morales,
P. (02-05-2018). Planteamientos a la comunidad universitaria y sociedad general. Publicado en intranet de la UNET y
medios de comunicación.
Ya basta de malos tratos y desconsideraciones con los
trabajadores en general pero en particular con los docentes universitarios que
el único pecado o crimen que cometemos es tener una vocación de servicio en
ayudar a formar los profesionales que tanto necesita el país. No nos la calamos
más. Desde este momento por lo menos Pedro Morales venezolano, economista y
representante del gremio docente (APUNET) se declara en absoluta rebeldía y no
acepta ni tolera más atropellos, humillaciones y maltratos de nadie.
Iniciamos una cruzada por las Universidades del país para en
principio hacer un llamado a todos mis colegas presidentes de asociaciones de
profesores y a todos los docentes universitarios para fijar una posición única,
sin vacilación y sin elementos distractores, pero no solamente para exigir que
realmente liberen nuestro dinero que lo tienen secuestrado en los bancos, que
los productos de primera necesidad aparezcan en todos los establecimientos y
por tanto disponer de un salario con poder adquisitivo pertinente (que en este
momento se tendría que ubicar al menos en los 70 millones para un profesor
titular, de 20 millones el salario mínimo o una cobertura de HCM de 600
millones por ejemplo), sino lo más importante que nos regresen a nuestra
querida Venezuela en función de un plan de reconstrucción y reactivación de la
economía nacional, partiendo del fortalecimiento de la Universidad, la
activación de la ayuda humanitaria y unas elecciones realmente democráticas.
Hoy más que nunca ratificamos el apego irrenunciable a
nuestra Carta Magna aún vigente, por lo que tenemos el deber y el derecho de
exigir que se respete efectivamente (artículo 333), y por lo tanto se desconoce
(artículo 350) de manera categórica no solamente al régimen gubernamental
nacional que es el principal responsable de la tragedia, catástrofe o
emergencia compleja humanitaria que estamos padeciendo principalmente los
venezolanos decentes, sino también de todas aquellas personas naturales o
jurídicas que ocupan cargos de dirigencia o que se autonombran líderes de un
sector u otro, pero que en definitiva asumen una postura idéntica al régimen al
decidir y actuar en contra de los propios intereses de las instituciones,
empresas y por ende de sus trabajadores.
Desconocemos a un gobierno nacional que a través de su
política económica insensata, contradictoria y absurda nos llevó a la quiebra,
descapitalización y en definitiva a la pobreza y miseria a todos los
venezolanos.
Desconocemos y denunciamos a los actores políticos por
empeñarse en realizar unas elecciones presidenciales que no garantizan para
nada los principios democráticos esenciales.
Desconocemos y denunciamos a los actores económicos y
políticos que se han convertido en cómplices del gobierno nacional para romper
con la estabilidad y tranquilidad del pueblo venezolano, al jugar
inescrupulosamente con la especulación no solamente de los precios de los
productos básicos para la vida sino también al promover el aumento explosivo de
la inflación y la devaluación con respecto al peso colombiano y por ende al
dólar.
Morales,
P. (04-05-2018). Comunicación a la Junta Directiva de FAPUV. Publicado en intranet de la UNET.
“…ante la trágica
“Emergencia Compleja Humanitaria” que nos destruye como individuos y como
nación…de mi parte se reitera de forma absoluta con esta comunicación, que el
país entero, la universidad en su conjunto y en particular nuestros colegas
profesores, están esperando otro nivel de discurso y accionar gremial e
institucional que sea congruente con la terrible realidad que padecemos, y
además que guarden plena concordancia con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, la Ley de Universidades y los estatutos de FAPUV y
sus asociaciones… el país lo estamos perdiendo y en concreto nosotros los
universitarios hemos sido vulnerados y violentados en flagrancia evidente por
parte del gobierno nacional en nuestros derechos más esenciales como es la
cobertura del HCM o no ser remunerados con una estructura salarial indexada y
pertinente a la actual situación de poder adquisitivo negativo…”.
Morales,
P. (04-02-2019). Comunicación al Consejo Universitario de la UNET: decisiones
de la Asamblea Nacional. Publicado en: https://bit.ly/2Sv21aP
En el momento histórico
por el cual transita nuestra querida Venezuela, resultan aún más vigentes,
oportunos y pertinentes los postulados teleológicos establecidos en la Carta Magna y en la Ley de Universidades
de Venezuela, cuando le otorgan a la Institución
Universitaria, como “comunidad de
intereses espirituales” en la búsqueda incesante de la “verdad y afianzar
los valores trascendentales”, la misión rectora e irrenunciable de “colaborar en la orientación de la vida del
país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los
problemas nacionales”.
Consiguiente, según el
artículo 2 de la Ley de Universidades, la sociedad venezolana requiere de la
Universidad que aporte un valor agregado superlativo de rango constitucional e
institucional para encontrar una solución efectiva al “padecimiento complejo
humanitario” de los venezolanos, y neutralizar la “conflictividad política irracional” que contribuye en particular a
empeorar con fuerza la dimensión humana de la familia venezolana. Por ello, independientemente de las circunstancias
adversas, emergencia compleja o gestión
“ilegitima” del régimen de gobierno, la actuación debe estar dentro del “Estado
Constitucional de Derecho” y a favor de preservar el “Orden
Constitucional”.
A tenor de lo anterior, en una situación como la actual caracterizada por
una alta polarización política y agravada confrontación a todo nivel, se exige
que quienes dirigen las Instituciones en general y las Universitarias en
particular, al tomar decisiones de
envergadura y posturas institucionales en
función del artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, procedan en el ámbito
legal a objetivamente documentar y sustentar sin ambigüedades, interpretaciones o conveniencias políticas,
si en verdad existe una ausencia absoluta del primer mandatario nacional de
acuerdo a los enunciados taxativos que así lo estipulan. Porque si se carece de
esta exigida certificación “el remedio sería peor que la enfermedad” y se
trataría de corregir “el
desorden con más desorden acarreando mayor desorden”, y esa no es la misión
rectora de la Universidad.
Con el mayor respeto,
pero una de las razones además del factor
salud que me obligaron a separarme definitivamente del honorable cargo
de presidente de la APUNET, fue el no comprometer al gremio profesoral ni a la
UNET con mis opiniones y proposiciones en el área de la economía política,
porque cada quien como persona natural tiene el pleno derecho de asumir
posiciones políticas de acuerdo a sus convicciones o urgencias particulares,
pero las Instituciones que por naturaleza se caracterizan por ser orientadoras,
imparciales, neutrales, equitativas, justas, etc.; deben perdurar en el tiempo y nunca deben ser
sometidas a decisiones ni actuaciones políticas de un grupo de personas por muy
mayoritarias que estas sean, y menos aún sin carecen de sustentación y
documentación legal-constitucional. Nunca olvidar que “las personas pasan y las instituciones
quedan, nada puede hacerse sin las personas, pero nada subiste sin las
instituciones”.
Una cuestión trágica
muy cierta es que más del 95% de los venezolanos estamos en una condición
infrahumana; en consecuencia angustiados, desesperados, obstinados y realmente
ansiosos por erradicar definitivamente el “modelo
de gestión gubernamental nacional” de hambre y miseria, pero esta terrible
realidad no quiere decir que nos vayamos al abismo como “cobayas” o “conejillos de indias”, cuando por si sola
está desgastada y aniquilada esa forma
insensata y absurda de gobernar (donde todo lo ha destruido)…es insustentable y
ya no lo soporta nadie…
Le pido a Dios que nos ilumine el camino a todos para encontrar una
solución pacífica y armónica, de forma que nuestro gran país encuentre la mejor
solución lo más pronto posible; pero que
lamentablemente no será nada fácil si se escoge una camino diferente al
del dialogo, la rectificación y la concertación…
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”.
UNET. Años: 2018-2019.
Enlaces relacionados:
Comentarios
Publicar un comentario